Se acerca el Día de las Madres y volvemos la mirada a quien nos creó y nos preparó para la vida. Si es cierto que “Madre solo hay una” también es verdad que algunas madres van mucho más allá del deber y su vocación.
Este 10 de mayo nos servirá para reflexionar sobre el ejemplo de algunas de ellas que, lejos de cumplir simplemente, dejaron a sus hijos una profunda huella inolvidable.
La famosa científica polaca, naturalizada francesa dedicó su vida a sus dos pasiones: su trabajo en el laboratorio y su familia. Su esposo Pierre Curie siempre compartió la mesa de trabajo y su vocación con Marie quien, a su vez, habiendo dado a luz a dos hijas, se mantuvo en su profesión. Después de la muerte de Pierre en 1906, Marie rechazó una pensión y continuó trabajando en el campo de la investigación y la docencia cubriendo la plaza que Pierre dejó en la Universidad de París, por supuesto, sin descuidar a sus hijas. La mayor de ellas, Irène, siguiendo el ejemplo de sus padres fue científica y también ganó el Premio Nobel de Química junto a su esposo Frédéric Juliot. La hija menor, Eve, fue escritora y destacó por una notable biografía de su madre.
Diana Spencer, la “Reina de Corazones” como el mundo la conocía, fue una princesa que rompió con los protocolos de la Realeza Británica. Su sencillez y humildad fueron el legado que dejó a sus hijos los príncipes William y Harry. Al separarse finalmente del Príncipe Carlos, Diana nunca los abandonó y siempre les procuró el sentido de humanidad como primera obligación en su papel de integrantes de la realeza.
Durante la Segunda Guerra Mundial hubo gente extraordinaria con historias increíbles. Irena Sendler destaca de todas ellas. Trabajó como empleada en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia. Siendo madre de tres hijos, secretamente salvó la vida de más de 2,500 niños judíos durante el Holocausto. Fue capturada, interrogada y torturada para revelar el paradero de los niños rescatados, pero nunca reveló sus datos ni los de quienes le ayudaron. Cuando auxiliaba a un niño, lo dotaba de identidad falsa y documentos que lo pondrían a salvo. Sobrevivió a la guerra y vivió más de 100 años, y algunos de los niños a los que salvó la vida, tuvieron la oportunidad de agradecerle personalmente su valor.
La “madre” de Harry Potter siempre quiso ser escritora. Inventaba historias desde niña y las contaba a su hermana. Cuando tuvo a su primera hija, un año después se divorcia de su esposo Jorge Arantes y desempleada, prácticamente queda a merced de la asistencia gubernamental. La idea de la historia del famoso mago le había venido un par de años atrás pero no la había trabajado. Fue entonces que la necesidad la hizo acercarse a los cafés de Edimburgo para pasear a su hija y escribir en el café mismo. Después de ser rechazada por 12 editoriales, finalmente el primer ejemplar de Harry Potter y la piedra filosofal ve la luz en 1995. Y lo demás es historia convirtiéndose en la que hoy es una de las mujeres más ricas de Gran Bretaña. Su fortuna la comparte filantrópicamente con fundaciones como Comic Relief, One Parent Families y Multiple Sclerosis Society of Great Britain.
En pleno auge del esclavismo y el racismo más fuerte de los Estados Unidos, Sojourner Truth fue una valiente mujer que escapó de los campos de algodón con solo una hija, antes de la declaración de abolición de la esclavitud y dejando a la suerte a dos más. Su hijo de 5 años fue vendido ilegalmente y Sojourner se presentó en la corte hasta recuperarlo, convirtiéndose en la primera mujer negra en ganar un juicio a un hombre blanco en los Estados Unidos. A partir de entonces se dedicó a luchar por los derechos tanto de la mujer como de la gente de color.
Hoy en día sabemos que las mujeres que son madres, solteras o con pareja, son emprendedoras, trabajadoras y con una energía inagotable que inspira. Por eso, este 10 de mayo y todos los días debemos consentirlas, apoyarlas y sobre todo, reconocerles su gran vocación, movida sobre todo por el amor de madre.
Diferentes generaciones y en épocas diferentes, ser madre no es solo concebir y dar a luz a un hijo. El ejemplo y la fortaleza que proyecten a sus hijos y al resto de la gente es lo que hace aún más grande a nuestras madres.
Por ello, no olvides festejarlas con algo que recuerde y disfrute. Una prenda de Julio o Suburbia, un tratamiento integral en Body Wrap o Skincare Kopay siempre serán un buen regalo.
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